En palabras de Frida Kahlo, todo cambia, todo se mueve, todo gira. Esto se aplica a muchos aspectos del universo, desde partículas fundamentales hasta agujeros negros supermasivos. Pero medir el movimiento de los agujeros negros más grandes no es fácil. Ahora, utilizando alineaciones cósmicas a lo largo de miles de millones de años y datos de rayos X del Observatorio Chandra de la NASA, los astrónomos han medido la rapidez con la que cinco agujeros negros supermasivos giran sobre sus ejes.
Los cinco objetos observados son quásares, galaxias con un agujero negro supermasivo tan activo que sobresale a todas las estrellas a su alrededor. La luz no proviene del agujero negro en sí (nada escapa a un agujero negro, ni siquiera la luz), sino del disco de material que lo rodea. Este disco está bajo una fuerza increíble, se calienta hasta temperaturas abrasadoras y se gira a una velocidad fenomenal.
Como se informó en The Astrophysical Journal, en uno de los cuásares el material en el disco está siendo lanzado a aproximadamente al 70 por ciento de la velocidad de la luz. Esto implica que el horizonte de eventos del agujero negro, la superficie más allá de la cual nada puede escapar, debe moverse casi a la velocidad de la luz. Los otros cuatro quásares giran aproximadamente a la mitad de esta tasa máxima.
Los cinco agujeros negros tienen masas entre 160 y 500 millones de veces la de nuestro Sol. Sus galaxias anfitrionas están ubicadas a distancias que van desde 9.8 billones hasta 10.9 billones de años luz. Medir los discos alrededor de los agujeros negros no fue una tarea fácil. Los astrónomos fueron ayudados por las posiciones fortuitas de ciertas galaxias en primer plano.
Cualquier objeto con deformaciones en masa espacio-tiempo, y los cuerpos grandes y / o más densos pueden doblarse tanto que actúan como lentes, ampliando la luz de las cosas en el fondo. Todos estos quásares están gravitacionalmente unidos por galaxias mucho más cercanas a nosotros. Esto se denomina lente fuerte y con frecuencia produce múltiples imágenes del mismo objeto, el llamado Einstein Cross.
Además de ese aumento ya bastante práctico, los investigadores utilizaron el fenómeno de la microlente, donde las estrellas producen un aumento. Usando las estrellas en las galaxias de lente gravitacional, el equipo pudo ver aún más detalles de estos discos de material y producir una mejor estimación de la velocidad de giro de estos increíbles agujeros negros.
El estudio científico ha sido publicado en The Astrophysical Journal.
Abrasadoras? Se queda muy corto con el adjetivo
No cabe duda que somos una pequeña particula en la inmensidad del universo
Sólo quiero aclarar que no es billones de años luz, cosa que sería imposible. Es un error de traducción, ya que billion se utiliza para miles de millones, a diferencia de los millones de millones que significa para nosotros, los hispanoparlantes. De esa manera sus distancias son 9.8 Y 10.9 mil millones de años luz.
Saludos.
Hola Federico, mil millones es un billón. Saludos!