Los científicos de la NASA han ofrecido dinero en efectivo a 24 voluntarios para hacer precisamente eso durante 60 días seguidos en una instalación en Colonia, Alemania.
Pero hay una trampa. Los afortunados participantes (12 hombres y 12 mujeres) deben realizar todas las tareas recostadas en una cuna específicamente diseñada para este propósito. Y sí, eso incluye todas las actividades de baño.
El objetivo de este experimento, el primero de su tipo realizado en colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), es descubrir cómo los astronautas pueden verse afectados por las condiciones de gravedad de los viajes espaciales durante las misiones orbitales a más largo plazo.
La investigación de 60 días comenzó el lunes 25 de marzo, lo que significa que los voluntarios que se quedan en cama tienen 57 días más para ir (excluyendo el tiempo de rehabilitación).
Recostados en una «cuna»
Durante el experimento, se requiere que los participantes se recuesten en una cuna apoyada en una inclinación suave diseñada para evitar que la sangre se acumule en las extremidades. Mientras tanto, los investigadores vigilarán cualquier cambio. Al mismo tiempo, evaluarán las formas en que la dieta y el ejercicio pueden afectar su deterioro físico.
El equipo detrás del estudio ha planificado varias pruebas para examinar la función cardiovascular, el equilibrio y la fuerza muscular, el metabolismo, el rendimiento cognitivo y más.
Una vez al día, algunos voluntarios también deberán pasar un tiempo en la short-arm centrifuge del German Aerospace Center (DLR) para probar el efecto de la gravedad artificial (o rotacional). En la centrífuga, se girarán para tratar de empujar la sangre hacia las extremidades.
Los investigadores esperan que este experimento les permita descubrir cómo afecta exactamente este giro al deterioro físico de los voluntarios.
Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) mantienen un plan de dieta equilibrado y pasan 2.5 horas todos los días haciendo ejercicio para mitigar los efectos de la microgravedad en la mayor medida posible. Pero se piensa que incluir una sesión de gravedad artificial podría ser útil en misiones espaciales a más largo plazo.
Jennifer Ngo-Anh, líder del equipo de investigación de la ESA, dijo en un comunicado:
«Para hacer posibles estas misiones, se deben minimizar los riesgos para la salud de los astronautas. Este estudio nos permite abordar el problema de la atrofia muscular causada por la ingravidez, pero también otros factores estresantes, como la radiación cósmica, el aislamiento y las restricciones espaciales».
No es la primera vez que los científicos pagan grandes sumas de dinero en efectivo para que las personas se acuesten en la cama. En 2017, el Instituto de Medicina y Fisiología Espacial (Medes) en Toulouse, Francia, ofreció € 16.000 ($ 17.066) a voluntarios preparados para comprometerse a un período de dos meses de reposo en cama para un experimento similar.