Un equipo de investigadores afiliados a varias instituciones en los EE.UU., incluida la NASA y un par de Dinamarca, descubrieron que el campo magnético de Júpiter es bastante diferente al de la Tierra. En su artículo publicado en la revista Nature, el grupo describe su estudio del planeta utilizando datos de la nave espacial Juno, y lo que encontraron.
La NASA lanzó a Juno al espacio en 2011, y entró en una órbita cercana a Júpiter en 2016, a solo 4.000 kilómetros de su superficie. En los últimos dos años, ha estado monitoreando el campo magnético del planeta . En este nuevo esfuerzo, los investigadores revelan lo que muestran los datos.
Al mapear el campo magnético de un planeta, es común usar líneas de color para mostrar el flujo magnético; al hacerlo, representa el campo magnético de la Tierra como líneas que emanan hacia afuera desde el polo norte y luego vuelven al polo sur. El resultado se asemeja a un imán de barra gigante. Pero los investigadores informan que las cosas son diferentes con Júpiter. Si bien tiene líneas de flujo que emanan de su polo norte, también tiene dos puntos de retorno, en lugar de solo uno: uno se encuentra cerca de su polo sur y el otro cerca de su ecuador. Además, en la Tierra, las partes del campo magnético no favorecen ninguno de los polos, y en su lugar se separan entre los dos. Con Júpiter, los mismos tipos de campos magnéticos están casi todos en el hemisferio norte.
También está la cuestión de cómo se generan los campos magnéticos. Se cree que el campo magnético de la Tierra es generado por su dínamo interno, el batido de fluidos eléctricamente conductores en el núcleo. Pero se cree que Júpiter está hecho de helio e hidrógeno, que no son muy conductores. Esto ha llevado a teorías que sugieren que la gran presión ejercida dentro del planeta resultó en la formación de hidrógeno metálico líquido, que, como su nombre lo indica, se comporta de manera muy parecida a un metal.
Los investigadores señalan que, hasta el momento, no hay datos que puedan explicar el campo magnético impar de Júpiter, pero sugieren que probablemente tenga algo que ver con la estructura interna única del planeta.
El estudio científico ha sido publicado en la revista Nature.