En 2013, los científicos anunciaron que habían detectado la temperatura más baja jamás registrada en la superficie de la Tierra. Esta temperatura, asombrosa, menos 93 grados Celsius (menos 135 grados Fahrenheit), fue detectada en varios puntos de la Meseta Antártica Oriental, una alta llanura nevada que abarca el Polo Sur.
Ahora, después de volver a examinar los datos meteorológicos para esta región, los mismos investigadores han encontrado que las temperaturas en varios sitios han bajado de lo que se pensaba, a un récord de menos 98 grados centígrados (144 grados Fahrenheit) en varias ocasiones entre 2004 y 2016
Los resultados, que se publican en la revista Geophysical Research Letters, podrían transformar la comprensión de los científicos de cómo las bajas temperaturas pueden ir a la superficie de la Tierra.
Para el estudio, un equipo dirigido por Ted Scambos del National Snow and Ice Data Center de la University of Colorado Boulder volvieron a analizar los datos de temperatura para la Meseta Antártica Oriental, que se obtuvieron durante el invierno del hemisferio sur entre 2004 y 2016.
Este fue el mismo conjunto de datos que los investigadores examinaron en 2013, produciendo la baja lectura previa récord. Sin embargo, desde entonces, se ha actualizado para tener en cuenta las mediciones de estaciones meteorológicas más actualizadas, lo que le da al equipo una mejor idea de cuál era la temperatura real en la superficie.
La información actualizada indicaba que el mínimo histórico era aproximadamente 5 grados Celsius (9 grados Fahrenheit) más frío que la temperatura que informaron en 2013. Las lecturas de temperatura más frías se tomaron durante la noche polar en pequeños huecos, de dos a tres metros de profundidad, que cubren la capa de hielo de la Antártida. Estas inmersiones en el hielo pueden atrapar el aire súper frío y seco, según los investigadores.
Cuando el equipo hizo sus hallazgos iniciales en 2013, sugirieron que para que las temperaturas cayeran tan bajas, se requerían cielos despejados y persistentes, así como también vientos ligeros. Los nuevos resultados, sin embargo, indican que el aire también debe estar extremadamente seco, porque el vapor de agua atrapa el calor en el aire.
Para que el mercurio llegue a menos 98, todas estas condiciones deben persistir durante varios días. Para ir más abajo, tendrían que persistir durante varias semanas, lo que es extremadamente improbable, según los científicos.
Esto se debe a que una vez que la temperatura cae por debajo de cierto punto, el aire se enfría tan lentamente que no puede enfriarse significativamente antes de un cambio inevitable en las condiciones climáticas. A la luz de esto, menos 98 grados centígrados es probablemente tan frío como la superficie de la Tierra alguna vez llegará, sugiere Scambos.
«Hay un límite en cuanto a cuánto tiempo persisten las condiciones para que se enfríe a estas temperaturas ultrabajas, y un límite a la cantidad de calor que se puede atravesar en la atmósfera, porque el vapor de agua debe ser casi inexistente para emitir calor desde la superficie a estas temperaturas», dijo Scambos en un comunicado.
Fuente: Newsweek