Un equipo de astrónomos estadounidenses registró lo que podrían ser las consecuencias de una colisión de exoplanetas, comunicó este martes la NASA, citando a los autores de un estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal.
El hallazgo fue detectado en el sistema BD20 307, que tiene dos estrellas y situado a más de 300 años luz de la Tierra. Hace una década, se avistaron en él masas de polvo cálido. El año pasado, el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja de la NASA (SOFIA, por sus siglas en inglés) monitoreó el objeto y detectó un aumento de más del 10% en las radiaciones infrarrojas, las que emiten los objetos cálidos.
La aparición de cambios tan pronunciados en un periodo tan corto de tiempo no puede ser explicado por mecanismos conocidos, de manera que los investigadores suponen que estas variaciones serían indicativas de un choque bastante reciente entre dos planetas.
Alycia Weinberger, autor del estudio, dijo:
«Esta es una rara oportunidad de estudiar colisiones catastróficas que ocurren tarde en la historia de un sistema planetario. Las observaciones de SOFIA muestran cambios en el disco polvoriento en una escala de tiempo de solo unos pocos años».
Según la líder del equipo, Maggie Thompson, de la Universidad de California, se trata de un evento similar al hipotético choque entre la Tierra y el planeta llamado Tea, como resultado del cual se formó la Luna.
Thompson dijo:
«El polvo cálido alrededor de BD+20 307 nos da una idea de cómo podrían ser los impactos catastróficos entre exoplanetas rocosos. Queremos saber cómo evoluciona este sistema después de un impacto extremo».
Al mismo tiempo, los astrónomos no descartan la posibilidad de que la acumulación inusual de polvo alrededor de las dos estrellas de BD+20 307 pueda tener otro origen que todavía se desconoce.
El estudio indica:
«Una colisión catastrófica entre cuerpos a escala planetaria sigue siendo el origen más probable del exceso de polvo del sistema; sin embargo, la causa de su reciente variación requiere más investigaciones».
El estudio científico ha sido publicado en la revista The Astrophysical Journal.