En una galaxia a 250 años luz de distancia, una poderosa explosión magnética surgió de una estrella diminuta y débil.
Según la declaración de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, es la estrella más fría y más pequeña en la que los científicos han observado emitir una rara super llamarada de luz blanca: una repentina erupción de energía magnética que libera enormes cantidades de radiación.
El superflare o la super llamarada, 10 veces más potente que las explosiones similares en nuestro propio Sol, lanzó una energía equivalente a 80 mil millones de megatones de TNT. Sin embargo, la estrella que desató esta tormenta magnética tiene un radio de solo una décima parte del radio de nuestro Sol.
La estrella de más baja densidad
De hecho, es el objeto de masa más baja que aún puede considerarse una estrella, aunque se encuentra en la región de transición entre una estrella típica y un objeto subestelar llamado enana marrón, según el comunicado. Los astrónomos llaman a este objeto una estrella enana L (y lleva el carismático título de «ULAS J224940.13-011236.9») – y los telescopios generalmente no pueden detectar su débil luz.
Un grupo de astrónomos se encontró con esta extraña estrella durante un estudio de las estrellas circundantes, cuando la super llamarada fue 10.000 veces más brillante de lo normal, según el comunicado. Luego utilizaron varias instalaciones de estudio de estrellas, como la Next Generation Transit Survey (NGTS) en el Observatorio Paranal del Observatorio Europeo Austral, para registrar el brillo de la estrella durante 146 noches.
Peter Wheatley, profesor de astronomía y astrofísica en la Universidad de Warwick y líder de la NGTS, dijo en un comunicado:
«Es sorprendente que una estrella tan insignificante pueda producir una explosión tan poderosa. Este descubrimiento nos obligará a pensar de nuevo sobre cómo las estrellas pequeñas pueden almacenar energía en los campos magnéticos».
Posibilidad de formación de vida
Además, la detección de estas super llamaradas puede ayudar a los científicos a investigar cómo podría formarse la vida en los planetas circundantes, dijo.
Para que la vida se forme, necesita que se produzcan reacciones químicas y, por lo tanto, necesita un cierto nivel de radiación ultravioleta (UV). Normalmente, estas estrellas emiten en infrarrojo y no en UV o en longitudes de onda visibles, como lo hacen las estrellas más calientes, dijo en el comunicado el autor principal, James Jackman, un estudiante de doctorado de la Universidad de Warwick. Pero estas super llamaradad permiten que las estrellas más débiles emitan una explosión de radiación UV, lo que «podría dar inicio a algunas reacciones».
Los hallazgos fueron publicados el 17 de abril en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society: Letters.